
El cierre del puerto de Shanghái, puerto de contenedores con mayor operación en el mundo, a causa de los aislamientos decretados en China como respuesta a la nueva ola de contagios de Covid 19, preocupa enormemente debido a la inminente subida de los costos que afecta tanto a consumidores como a la cadena de suministro a nivel mundial. Este suceso seguramente impactará a Colombia, contribuyendo al incremento del IPC que viene en subida y se ubica actualmente, respecto al año anterior en el 8.3%; dicho fenómeno inflacionario no ha sido ajeno a otras economías, por ejemplo, Estados Unidos, ha presentado una inflación histórica con el 8,5%, como consecuencia, entre otros, del alza de los precios del petróleo debido al conflicto entre Ucrania y Rusia. Lo mismo ha ocurrido con España que en marzo reporta una inflación del 9.8%, Alemania un 7.5%, Chile 9.4% o Brasil con 11.5%.
Es de resaltar que, para el caso de Colombia, no solamente la crisis de los contenedores y el conflicto de Ucrania y Rusia han sido determinantes en el incremento de la inflación, para el caso del rubro de alimentos y bebidas, vemos que el IPC anual tuvo una variación del 23,3% y esto es, entre otras cosas, producto del incremento en el precio de los insumos agrícolas que ha variado entre el 43% y el 60%. Sumado a lo anterior, el incremento del salario mínimo también incrementa los costos y de esta manera, vemos cómo a los colombianos nos está costando mucho más la comida y la adquisición de ciertos servicios. Frente a una realidad que es coyuntural y de escala mundial, ver un crecimiento en la economía es alentador, pues pese a todo pronóstico, el país ha podido sortear la crisis y según expertos, el manejo que le ha dado el presidente Ivan Duque a la economía colombiana ha sido ejemplar, destacando a nuestro país frente a las demás economías latinoamericanas.
La dinámica mundial nos obliga a ver oportunidades y aprovechar las ventajas que tenemos para desarrollar actividades que generen riqueza y desarrollo. Para el caso del Tolima, nuestra vocación agrícola y diversidad, dada la presencia de diferentes pisos térmicos, nos ubica en una posición privilegiada y bien vale la pena enfocarnos en generar desarrollo a través del agro. Somos un departamento cafetero con variedad de especies, producimos limón, mango, aguacate y bien podríamos participar de las exportaciones nacionales si aprovechamos las oportunidades que nos brinda el mercado. Un joven emprendedor de café puede tener un proyecto de vida soñado exportando y viviendo de la producción, por ejemplo. La cadena de valor es muy amplia y brinda oportunidades a los diferentes actores; el reto ahora está en divulgar mejor y lograr llegar a todos los rincones de nuestra región con la oferta institucional de apoyo a quienes deseen ser partícipes de la globalización de nuestros productos.
Recientemente empresarios del Tolima estuvieron participando en la feria mundial de cafés especiales Specialty Coffee Boston, logrando importantes acercamientos para el desarrollo de negocios, de igual manera, tuvimos una representación importante de empresarios tolimenses en la feria de ExpoDuabai. Tanto la feria de cafés especiales como ExpoDubai, fueron eventos concebidos en desarrollo del plan estratégico de la Región Administrativa y de Planeación Eje Cafetero (RAP Eje Cafetero), de la cual hace parte el Tolima hace año y medio y que viene desarrollando proyectos de gran impacto en materia turística y agrícola. Ante la posible escasez que se pueda generar en materia alimentaria a nivel mundial por los altos precios de los insumos, se viene desarrollando un proyecto para la generación de insumos agrícolas con desechos orgánicos, este importante proyecto podría replicarse en toda la región, de tal forma que se logre disminuir el costo de producción, disminuir la inflación y desarrollar un mercado que se encuentra actualmente desatendido o con un costo de servir bastante alto debido a la crisis mundial de abastecimiento antes mencionada.
Según la Fao, para el 2050 se tendrán que alimentar 9.700 millones de personas en el mundo, lo cual significa producir un 50% más de los alimentos que se producen hoy en día; es precisamente aquí donde nuestro país debe aprovechar y continuar desarrollando programas en todos los niveles que apoyen el crecimiento y desarrollo del sector, involucrando tecnificación, innovación, productividad y competitividad. Nuestra escasa participación de las exportaciones nacionales podría ser notoriamente incrementada si se complementa la cadena productiva del café hasta la trilla, implementando procesos de trilla en todo el departamento; estos proyectos que están sobre la mesa para que los interesados en desarrollarlos obtengan enormes beneficios y nuestro departamento pueda directamente exportar café sin tener que enviarlo al Huila o Risaralda para que sea exportado desde allí debido a la falta de trilladoras en la región.
No debemos olvidar y continuar ejerciendo presión o influencia para que la zona franca se a una realidad, así como también la central de abastos. La ruta está clara y existen la voluntad de los gobernantes para hacer que todo esto ocurra con el apoyo del sector privado. Esperemos que sigamos avanzando con la ejecución de las importantes obras como la 103 y los escenarios deportivos, que se adelanten las condiciones habilitantes para que la llegada de inversionistas sea una realidad, que nuestra representación parlamentaria recientemente elegida logre sacar adelante temas como ser considerados una Zona Económica y Social Especial (ZESE) tal y como le pasó a Armenia y que luego de ser el último en la lista en materia de empleo, hoy posee el mejor índice de desempleo país.
La única forma de callar el ruido mediático que sugiere que aquí no pasa nada, es continuar desarrollando los planes, no vale la pena salir a desmentir a cualquiera que quiera generar opinión sugiriendo que todo está mal en Ibagué y en Colombia. Celebro el anuncio del alcalde Hurtado referente a la publicación de la licitación para contratar las obras del acueducto complementario; esto definitivamente será una realidad.
Finalmente quiero invitarlos a que me sigan en Twitter como @Carolinatoro y les comparto una frase de alguien que admiro mucho, Valar Afshar, quien dice “La inteligencia es la capacidad de cambiar de opinión cuando se le presenta información precisa que contradice sus creencias”. Ahora que todos andan tan dinámicos jugando sus fichas de cara a las elecciones presidenciales, bien vale la pena abogar a la moral, a aquello que domina nuestro fuero interno y que nos conduce actuar con base en nuestros principios y creencias. Los hechos de los últimos días nos prueban cada vez más que estamos en un momento único de nuestra historia y que debemos apoyar y ubicarnos frente a la alternativa que garantice la libertad, el desarrollo, los valores, el respeto a las instituciones y a la legalidad. No premiemos las malas prácticas en donde el “todo vale” es la premisa. Que el amor por nuestro país nos una.