Interventoría del puente de la 60 responde a los ruidos que carga la obra por falta de permisos
Las promesas de construir un puente elevado en la carrera Quinta con calle 60 de Ibagué no envejecieron bien por la falta de permisos que condenaron a la obra a una parálisis que se ha prolongado por varios meses.
Para la Interventoría del contrato a cargo del Consorcio Conexión Vial 60, es evidente que la obra carga con una serie de mitos que incorrectamente, según ellos, difunden la mentira de una improvisación y falta de planeación en el proyecto.
Ecos del Combeima habló con el interventor Juan Carlos Salazar, quien explicó que la mínima ejecución de las labores constructoras se debieron a impasses, algunos de los cuales ya fueron superados y otros que se esperan dejar atrás en los próximos días.
Uno de los puntos de controversia ha sido el permiso de aprovechamiento forestal por parte de la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima.
Salazar intervino a favor del contratista, explicando que no era necesario contar con este permiso al momento de licitar el proyecto de casi $40.000 millones, sino que este debía tramitarse en las primeras semanas de ejecución del contrato.
El interventor aclaró que la ausencia de este permiso en el proceso de contratación no indica una falta de planificación, argumentando la diferencia entre una licencia ambiental y un permiso de aprovechamiento. Salazar subrayó que este último es el que necesita la obra y que se enfoca específicamente en la intervención de 95 árboles en el corredor de la obra, mientras que el segundo aborda cuestiones ambientales más amplias que sí deben estar listas durante cualquier licitación.
“El permiso de aprovechamiento ambiental lo genera el contratista con base en unos estudios y diseños que plasmó el consultor y a un presupuesto de Plan de Manejo Ambiental que está plenamente identificado en el presupuesto de la obra”, señaló Salazar.
Y agregó: “El permiso que nosotros estamos solicitando está enfocado en el aprovechamiento de los individuos arbóreos sobre el corredor de la carrera Quinta entre las calles 64 y la 52”.
El ‘enredo’ con el Icanh
La otra pieza en este rompecabezas es el ‘enredo’ con el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh.
El Ingeniero y también interventor Francisco Restrepo explicó que los retrasos en la obtención de la autorización de esta entidad se deben a una actualización normativa que derogó muchas disposiciones anteriores, impactando en los planes previstos por el contratista.
"En el momento en que la Consultoría entrega su trabajo en el 2021, realiza el análisis y la guía metodológica. Los análisis de complejidad arrojaban una ‘complejidad media’. Sin embargo, (...) cuando el contratista hace las respectivas consultas al Icanh, nos indica que hay una nueva resolución del 2022. Para ellos hay una ‘complejidad mayor’ que pasa a ser alta. En ese momento pasamos a tener un elemento que nos indica que debemos hacer un Plan de Arqueología Preventiva", detalló Restrepo.
El ingeniero subrayó que la percepción de falta de planeación debido a estos retrasos no refleja la realidad del proyecto, ya que la situación se debe a una actualización normativa que generó un cambio en la complejidad del proceso.
“Por eso desde el punto de vista de interventoría no sería correcto decir que no estaba planificado”, concluyó.
Los ingenieros terminaron diciendo que la obra se concluirá satisfactoriamente y que los recursos para el proyecto están garantizados y resguardados de manera segura.
